domingo, 19 de julio de 2009

Nadie te obligó,bastardo.

Reprimir las urgencias propias de un silencio contenido en la vergüenza y el tedio, que desembocan en una explosión de frustraciones retorcidas. La habitual forma de desahogo abrupto, propia de un animal que traiciona la mas mínima opción de racionalilidad ,en una cruzada impía tratando de dar sentido al mas crudo de los ridículos. La infame búsqueda del yo en el centro de una vorágine de rasgos impuestos por el marco de relaciones que se tornan infecciosas. El devenir encendido de narcóticos que facilita el luego y evita la contrariedad de enfrentar lo incomodo del presente. La habitual cobardía que se convierte en jaula de todos aquellos que no se pliegan al quórum de iniquidad y repetición. El odio a los que sobrevuelan el lodo que tanto trabajo cuesta crear. Mataté!

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