sábado, 5 de febrero de 2011

Amanece que no es poco

Cerró la puerta de la habitación en la que tantas veces había entrado, su primera noche en ese hotel, la soledad familiar, el silencio lleno de preguntas a las que se negaba a contestar. Se tumbó en la cama y se arropó con una de tantas sábanas de las que nunca sentía el tacto. Intentó recordar un pasado mas acogedor y conciliar el sueño pero le fue imposible. Saltó de la cama lleno de energía y se dio cuenta de que no tenia nada que hacer. Cinco de la madrugada, volver a la noche no era una opción. Volvió a la cama, impotente, agotado, pensando, mañana saldrá el sol.
El sol salió y el añoró la noche donde todo parece irreal y siempre queda la esperanza de que se haga de día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario