Romper un vaso
contra el espejo,
huir de su reflejo
y soñar con cristales.
Partirse en dos
ante el desprecio,
mientras ese silencio
se dilata implacable.
Gritarle casi hiel
a la ventana cerrada,
buscando una bocanada
de aire muerto estival.
Encogerse como burla
grotesca de uno mismo,
simple y vil espejismo
de falsa seguridad.
Callar la verdad
por temor absurdo,
otro fracaso burdo
que tendrás que sopotar.
Agarrar la cadera
que pasea a tu lado,
nunca a sido pecado
y nunca lo será.
Entiérrame desnudo
iré bien no te asustes
y nunca te preguntes
porqué no lloras ya.
El viaje de la familia moderna
Hace 2 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario