El tacto de tus manos suaves y frías
recorre mi espalda estremeciéndome,
alejándome de la complicación mundana,
devolviendo el silencio a mi mente.
Unos segundos de tranquilidad exquisita
que termina cuando pienso en que no acabe.
Beso tu hombro resignado,
el griterío a vuelto.
El viaje de la familia moderna
Hace 2 años
Nada como una caricia. La felicidad se mide, en parte, por el número de caricias recibidas.
ResponderEliminarKiss,
Mun