Te constaba que no iba a ser fácil,
sabias a lo que jugabas.
Dejaste atrás la protección de la multitud,
tenias claro que no habría una colilla
con un par de caladas mas de aliento.
Miraste a los ojos del destino desafiante.
Olvidaste tu orgullo en pos del mas allá.
Burlaste las reglas de lo social.
Te sentiste único y solo,
partiste su alma sin piedad,
soñaste sus pesadillas,
vomitaste sus anhelos,
los hiciste tuyos junto a ellos,
sintiéndote parte durante un instante,
los repudiaste en tu intimidad,
compadeciéndolos,
con una crueldad inexplicable,
y volviste a darte cuenta,
de que eres, quien eres.
El viaje de la familia moderna
Hace 2 años
Bueno, más vale solo que mal acompañado, ¿no?
ResponderEliminarKiss,
Mun